Soy aval y no tengo dinero para pagar

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Hay dos preguntas que cambian las relaciones: «¿Quieres casarte conmigo?» y «¿Quieres ser mi aval?» Los dos podrían terminar muy mal si las personas involucradas no se conocen lo suficientemente bien.

La palabra «endoso» es una de las muchas en las que nadie piensa hasta que lo necesitas o, peor aún, te piden que SEAS UNO.

Si eres como yo y te cuesta mucho decir «no», probablemente ya hayas firmado un papel poniendo tus manos en el fuego para un conocido que Necesitaba un aval para obtener algo de crédito, y te convenció con un «al final sabes que sí pago». Bueno, déjame decirte en qué problemas te metiste. (Si nunca has sido garante, ¡bien por ti! Lee este artículo para que, si algún día te lo piden, puedas contestar bien informado).

¿Cuáles son las obligaciones de una garantía?

Ser garante es asumir la responsabilidad de la deuda de su amigo, familiar o conocido. Sí, tu firma es como decirle a la institución «Confío tanto en que mi amigo / familiar / conocido sea un buen pagador que yo respondo por él». Así.

Decidir ser o no garante es algo que no se puede tomar a la ligera. No quiero decirte que nunca lo serás (aunque así lo parezca), lo que quiero es darte toda la información que necesitas para tomar una decisión informada.

Aquí lo que debes tener en cuenta antes de poner tu firma en ese papel:

¿A quién le estás haciendo un favor?

¿Por qué es tan importante este punto? Porque tu herencia está en el camino. Debes asegurarte de que sea una persona cercana, responsable y de confianza. Incluso le recomendaría que verifique su historial crediticio antes de decir «sí, estoy de acuerdo» para que pueda ver si es un pagador responsable o no. Si es un amigo «muy buena gente» que conociste hace meses, ni lo pienses.

Tu solvencia financiera

El mayor riesgo de ser garante es que serás tú quien responda por la deuda. Si es necesario, ¿tendrías el dinero para hacerlo? Responder esa pregunta antes de firmar evitará que un día tenga que decir «Soy fiador y no tengo dinero para pagar».

«Ya firmé, ¿qué hago?»

Si ya eres garante, no pierdas de vista al deudor ni ignores esa deuda. Tienes derecho a preguntarle cómo le va con sus pagos, si llega tarde o no, cuánto le queda por pagar, etc. Recuerda que esta deuda es un compromiso compartido, por eso es tan importante saber por quién y por quién arriesgarse a ser garante.

«Soy garante y no tengo que pagar la deuda de otra persona»

Como garantía, nada garantiza que la persona a la que estás apoyando pueda pagar el compromiso adquirido, ¿por qué? porque todos estamos expuestos a imprevistos que podrían complicar nuestras finanzas, y el deudor que garantizaste no es una excepción. ¿Qué hacer entonces?

Si soy garante y el deudor no paga, ¿puedo dejar de respaldar su deuda?

No. Al firmar como garante está aceptando un contrato de deuda, y para modificarlo, el acreedor, el deudor y el garante deben estar de acuerdo. No es un trámite imposible, pero puede ser MUY MUY complicado y aun así, lo más probable es que no tenga éxito (99% seguro que no lo será), ya que depende en gran medida de la institución que otorgó el préstamo. .

Generalmente, lo que sucede cuando el deudor ya no puede pagar es que el colateral decide pagar la deuda para no afectar su patrimonio y luego resuelve el problema con el deudor externamente.

¿Me pueden incautar por ser garante?

Si. Precisamente por eso las instituciones piden una garantía a sus prestatarios, por lo que, en caso de que ya no tengan los recursos para seguir pagando, la garantía responderá por ellos. Una vez que la persona deja de pagar, la institución hará una investigación (llamémosle así) para determinar si la persona está efectivamente en quiebra y no tiene los recursos para hacer frente a sus obligaciones. En el caso de que sea así, la institución «irá» por el dinero o activos de la garantía.

Si soy garante, ¿puedo demandar al deudor?

No. Recuerde que firmar como garante es un acto de “buena fe” que se realiza de manera voluntaria y desinteresada, por lo que es muy poco probable que un garante tenga éxito con un reclamo de esta naturaleza.

Ahora que tienes toda la información, ¿quieres ser mi aval?

¿A quién se apodera primero el deudor o el fiador?

Debes tener en cuenta que ser avalista es una gran responsabilidad y no debes tomártelo a la ligera, ya que a grandes rasgos, si el deudor no paga, tú serás responsable.

En cuanto a quién tomar la deuda primero, todo depende de la situación, y aquí te lo vamos a explicar.

Si el deudor no paga, la institución bancaria que otorgó el préstamo realizará una investigación para conocer su situación financiera, con el fin de corroborar si tiene activos para realizar un embargo en caso de ser necesario.

Si esta investigación arroja que el deudor está en quiebra, el banco examinará la situación del aval, es decir, quién dio su firma y palabra de apoyo al deudor.

En este caso, examinará la situación de la garantía, y primero te pedirá que cubras los pagos que el deudor no ha realizado, pero en el caso de que se niegue o simplemente no pueda hacerlo, recurrirá a la incautación de activos.

Soy fiador y el deudor no paga: ¿qué puedo hacer?

Al firmar como garantía, aceptaste la responsabilidad de asumir la deuda en caso de que la persona que solicitó un préstamo dejara de pagarla.

Si esta es tu situación, seguro que firmaste un contrato, por lo que la entidad financiera en cuestión tiene derecho a cobrarte.

Llegados a este punto lo mejor que tienes que hacer es hablar con el deudor y pedirle que pague, o en su defecto llegar a un acuerdo con el banco.

Si el deudor no paga y se niega a establecer un trato con la institución financiera, no tendrá más remedio que continuar con los pagos o liquidar la deuda.

De lo contrario, las consecuencias van desde una mancha en su historial crediticio hasta una recuperación de activos.

Una vez que hayas enfrentado la deuda como garantía, puedes reclamar el dinero al deudor.

Sin embargo, tenga en cuenta que interponer una denuncia de este tipo será complicado, ya que el acto de firmar como garantía se realizó como un acto de “buena fe” y de forma voluntaria. Así que la prueba será larga y con pocas posibilidades de ganar.

¿Cuáles son los derechos de la garantía?

Recuerda que como garantía también tienes derechos, que están bajo la figura del contrato de fianza que seguro firmaste.

El derecho más importante que tiene es que el acreedor debe acudir primero al deudor, es decir, el banco no puede cobrarle a usted primero en caso de impago.

Además, en caso de que el deudor no pague y te estén cobrando, puedes indicar bienes de esa persona que pueden cubrir la deuda.

Y finalmente, puedes pedirle a la institución financiera que divida la deuda en tantas partes como estén obligadas a pagar.

¿Cómo sé si soy el respaldo de alguien?

Ha habido casos de personas que recibieron notificaciones de embargo, o solicitudes de pago de deudas por supuestamente ser una garantía de alguien que no pagó una deuda.

Pero no te dejes engañar, la única forma en que una institución puede cobrar una deuda que no es tuya es que tú hayas aceptado ser garante.

Y para ello, no puede ser solo de palabras, o que alguien simplemente dé tu nombre. No, es necesario haber firmado un contrato.

Así que recuerde, si no firmó nada, no tiene que preocuparse.

¿Cómo dejar de ser garante?

Antes de aceptar ser un aval, ya sea de un familiar cercano o de tu mejor amigo, piénsalo varias veces, porque si te arrepientes no es tan fácil que puedas dejar de serlo.

Sí, existe la posibilidad de renunciar a ser garante, pero el acreedor que otorgó el préstamo o es el único encargado de autorizar este cambio.

Lo cual, como puedes imaginar, no será fácil, porque tú eres la garantía de pago en caso de que la persona que solicitó el préstamo no pague.

Por tanto, para que puedas dejar de ser garante, la forma más sencilla es conseguir un sustituto, es decir, alguien que se comprometa a hacerse cargo de la deuda en caso de impago en lugar de ti.

Lo anterior deberá ser aprobado por el banco, que revisará los antecedentes financieros de la nueva garantía y decidirá si acepta o no el cambio.

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